6.2.14

Corre Forrest, corre!

Y un día de esos tontos, que al mismo tiempo desea ser diferente, tu y tu tupper calentado en el microondas y digerido frente a la pantalla del ordenador, entre un sinfín de papeles desperdigados por tu mesa que le dan protagonismo absoluto al dichoso 347 anual.
En ese rato de comer y olisquear un poco internet, te topas con un blog, uno de una chica que decide dar un pequeño giro a su vida poniéndose unas zapatillas y saliendo a la calle.



Me gusta la idea. ¿Por qué no? Las crías llevan un par de tardes yendo con una vecina y su hija, mientras yo aprovecho para adelantar tareas en casa.
¿Por qué no? Sólo necesito calzármelas y estirarme yo misma de la oreja.
Venga. VA.
Wasapeo a la susodicha. Perfecto. Quedamos.
Dos mamis. Tres niñas. Una niebla de la leche. Cinco ritmos diferentes. Se agradece la niebla porque hace que el paseo ande despejado del gentío habitual.
Mi guerrera mayor ya va un kilómetro por delante. El nervio le puede.
Ando ligero, troto, sigo, aguanto bien. Vuelvo a andar, vuelvo a trotar. Dicen que la clave es no querer darlo todo desde el minuto cero. Sino corriendo "despacio", que tu cuerpo vaya adaptándose al ritmo con suavidad, para ir metiéndole intensidad según te vayas viendo capaz.


Con la tontería nos hemos hecho 4,5 km. Pues no está mal para ser mi primer día, oiga!
Me crezco. Me siento very important.
En una de estas yo también llegaré hasta la cruz. A ver si te crees que vas a ser el único guay aquí.

Va por ti.

1 comentario:

  1. Vamos que tú puedes!!!!! Besazos con zapatillas puestas!!!! Pero saldré otro día que hoy saldré volandooooooooooOOOOOOOoooooooo!!!

    ResponderEliminar